Jacques Lacan

*********"Amar es dar lo que no se tiene a quien no es". Jacques Lacan*********

miércoles, 17 de agosto de 2011

JUVENTUD



Para ser uno mismo entre otros, hay que ser y hacer como los otros.
Pasquier


En el mes de agosto del pasado año (2010), gracias a irrelevantes circunstancias, tuve la oportunidad de salir del país en el que resido (México), y sumergirme en una cultura diferente.

El viaje tenía como destino la pequeña isla llamada Cuba, mi objetivo era visitar dos provincias, Varadero y la Habana vieja. Sinceramente en Varadero no había mucho que conocer acerca de la cultura cubana, ya que no hay lugares que visitar más que los bares, restaurantes, spas, etc., del hotel.  Después de tres días de estancia en esta encantadora playa, partí hacia la  gloriosa Habana vieja, muy emocionada, pues sabía que ahí podría humedecer un poco la punta de los dedos de mis pies, en el océano de la cultura de los sujetos cubanos.

Al arribar a mi destino, me instale en el hotel y al mirar por el balcón, observe un centro comercial. Como ‘buena’ turista, recién llegada de un país capitalista y con una cultura consumista, me apresuré a visitar aquel lugar que mis ojos vislumbraron a distancia. Entré al lugar y como era de esperarse, el lugar no se comparaba con los centros comerciales que existen aquí; había pocas tiendas y los visitantes eran escasos, y de esos pocos, aproximadamente el 90% eran extranjeros, y el 10% eran cubanos, de los cuales el 2% eran jóvenes y el resto adultos. Regrese a la artificial habitación de hotel, preparé una copa de ron, prendí un cigarrillo y me puse a reflexionar, ¿por qué había escases jóvenes en ese lugar, si los centros comerciales de este país están colmados de estos?

No tenía intenciones de quedarme con la duda, así que al siguiente día salí a caminar por las calles de la capital de este cadencioso país. Durante horas, recorrí las arterias de la Habana vieja; observando lo que pasaba a mí alrededor sin prejuicio alguno y sin miedo (a pesar de que los varones gritaban ‘qué guapa’, ‘oye tú’, etc.), di cuenta de la gran cantidad de fábricas que hay, pero lo más sorprendente, fue que muchos de los obreros  eran jóvenes. Muchachos de las mismas edades de los jóvenes que recorren a diario los centros comerciales de este país. Entonces me di cuenta que las condiciones económicas del país, no permiten que los jóvenes vivan esa etapa, es decir, en realidad no son jóvenes, de ser niños pasan a ser adultos, pues los chavitos (así llaman al dinero los cubanos) son vitales, hay que comer, hay que vestir, hay que calzar, hay que cubrir mil necesidades para sobrevivir, más no vivir, pues las condiciones no lo permiten. La diversión o distracción a la que tienen posibilidad de ‘acceder’, es lanzarse al mar y nadar un rato, pero de forma ilegal, pues está prohibido hacerlo.  Esto, hablando por supuesto de la comunidad que encasillan bajo el nombre de clase baja.

Por otro parte, y como en todos los lugares del mundo, está la clase alta, en comparación a los obreros, porque comparados con la clase alta de este país pues pasarían a ser de la clase media baja; estos jóvenes son el 2% de los visitantes del único centro comercial existente. Estas personas, obviamente cuentan con más recursos económicos, francamente desconozco la razón de esto si supuestamente el modelo económico con el que se maneja Cuba es de ‘igualdad’, es decir, que todos tengan lo mismo. El punto es que, estos jóvenes pertenecientes a la clase alta, tienen acceso a posibilidades diferentes, por ejemplo a la televisión.

Una tarde, mientras caminaba por el malecón, un cubano de aproximadamente 30 años de edad, quien dijo llamarse Lázaro, intersecto mi caminar y sostuvimos una charla. Dentro de todo lo que conversamos, dijo algo muy interesante (lo cual fue la inspiración para el presente ensayo), cito textualmente: ‘con la televisión te metes a miles de mundos… nosotros vemos las novelas y películas mexicanas’  Entonces esta parte de la población, si vive esa etapa de juventud, pues como dice R. Morduchowicz: Los centros comerciales, la televisión, los recitales de música y las nuevas tecnologías modifican la percepción que los jóvenes tienen de la realidad y el modo en que conciben el mundo, ¿y qué es la juventud? Sino una manera de pensar, una forma de ver el mundo. Entonces su percepción del mundo está atravesada por lo que el televisor, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías son decisivos para la configuración de las nuevas formas de sociabilidad juvenil… que se encuentran en plena construcción de su identidad, buscando su pertenencia entre diferentes grupos sociales y explorando continuamente nuevos significados en su entorno, y le dan sentido a su identidad desde la cultura popular.

Con esto me doy cuenta de que los medios de comunicación son de real relevancia para que los muchachos transiten por esa escabrosa etapa de juventud. Esto  va de la mano con el aspecto económico, pues con la escases del dinero no hay educación académicamente hablando, llega la obligación de trabajar, y las aspiraciones laborales no van más allá de ser obrero, trabajando hasta 12 horas, recibiendo un mísero sueldo. Estos muchachos de la clase baja, se ven obligados a madurar a gran velocidad, saltándose la etapa de la juventud, debido a las responsabilidades, y su pensamiento y forma de ver al mundo comienza a ser como el de un adulto, como señala  Bourdieu, las relaciones entre la edad biológica y la edad social son muy complejas.

Pero hay otra cuestión, aunque no pasen por la juventud, los muchachos de clase alta que si están pasando por tal etapa, marginan a los muchachos obreros, pues los ven como desconectados del mundo, no viven ‘en la onda’, no tiene televisión, no tienen acceso a adquirir cosas materiales que están a la venta en los centros comerciales, por lo tanto ‘pierden valor’, pues todo gira en las pertenencias, si tienes un domicilio fijo, dinero, etc.

Los medios de comunicación son la entrada al conocimiento de otras culturas, por medio de las novelas y películas (entre otras cosas), como dice Lázaro, y este conocimiento lleva a relacionar, a asociar y a comparar. 

Entonces, los jóvenes cubanos, al percibir de que los signos sociales de los jóvenes de otros países (en especial el México, pues miran las novelas y películas de nuestra cultura) son salir en grupo, tener una sociabilidad de banda, divertirse, conocer lo último en música, mirar los programas de televisión que ven los demás, recibir llamados en el teléfono celular y navegar por la internet, se comparan y quieren ser como ellos.

A manera de conclusión, puedo decir que, la juventud es una etapa psíquica que se constituye a partir de los otros, a partir de lo que la mayoría realiza; y por el hecho de que lo realiza la mayoría, es considerado lo normal, lo que debe ser. Y todo esto va de la mano del aspecto económico pues se tiene una cultura consumista, el valor que tiene cada persona, es por los objetos que posee, como un ipod, una laptop, etc. Entonces para obtener estas se necesita dinero.




BIBLIOGRAFÍA

Morduchowicz, Roxana. “Los jóvenes y las pantallas: nuevas formas de sociabilidad”. En Los jóvenes y las pantallas. P.p. 9-23.
Reguillo Cruz, Rossana. “Nombrar la identidad. Un instrumento cartógrafico”. En Emergencia de culturas juveniles. Emergencias del desencanto. P.p. 49-73.

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